La fatiga es diferente del cansancio común. La fatiga es disruptiva e interfiere en todos los aspectos de la vida diaria . Alrededor de 10 millones de visitas al médico cada año se atribuyen a la fatiga, y muchas de ellas están relacionadas con afecciones relacionadas con la artritis.
Según la Arthritis Foundation, el 98 por ciento de los pacientes con artritis reumatoide y el 50 por ciento de las personas con lupus o síndrome de Sjögren manifiestan fatiga. El porcentaje aumenta con la obesidad y la depresión, y con complicaciones de enfermedades secundarias como la fibromialgia , enfermedades pulmonares y problemas cardiovasculares.
Las personas suelen pensar que la fatiga no se trata adecuadamente durante las visitas al médico, probablemente porque no hay una solución rápida. El impacto de la fatiga es significativo. Muchas personas describen su efecto en sus vidas como algo mayor que el dolor. La fatiga es un cansancio extremo, un agotamiento abrumador, una sensación de estar “agotado” y de no tener energía, incluso después de una noche de sueño. La fatiga afecta la capacidad de pensar y su presencia implacable puede hacer que las emociones cambien rápidamente.
A continuación se ofrecen 10 consejos para combatir la fatiga. Hable con su médico y asegúrese de que se hayan abordado todos estos problemas.
Índice
Tratar el dolor de la artritis y otros síntomas
El dolor crónico por sí solo puede causar fatiga. El dolor también puede provocar depresión y cambios de humor que pueden empeorar la fatiga. Para controlar la fatiga, es importante controlar bien el dolor. Hable con su proveedor de atención médica sobre técnicas farmacológicas y no farmacológicas para un control eficaz del dolor.
Se han encontrado niveles más altos de lo normal de citocinas (mensajeros químicos involucrados en la inflamación ) en la sangre de personas que sufren fatiga. Es importante controlar la inflamación y monitorear la inflamación activa.
Tenga cuidado con los efectos secundarios de los medicamentos
Si bien es necesario que la mayoría de los pacientes con artritis tomen medicamentos para tratar el dolor y otros síntomas, la somnolencia es un efecto secundario común de muchos de estos medicamentos. Los analgésicos , algunos AINE, los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad y los antidepresivos tricíclicos se encuentran entre los medicamentos que incluyen la somnolencia como un efecto secundario conocido. Si los medicamentos forman parte de un régimen diario, la somnolencia puede sumarse a la fatiga ya presente.
Hágase la prueba de anemia
Antes se la llamaba “anemia de enfermedad crónica”, pero más recientemente se la conoce como “anemia de inflamación”. En la anemia , el tamaño y la cantidad de glóbulos rojos se ven afectados. En consecuencia, hay muy poco hierro para unirse al oxígeno en el glóbulo rojo, lo que provoca una disminución en la producción de energía. Hágase un análisis de sangre para detectar anemia. Si tiene anemia, hable sobre las soluciones con su proveedor de atención médica. Hágase también un análisis para detectar cualquier afección subyacente que pueda estar relacionada con la fatiga.
Hacer ejercicio regularmente
Las sesiones moderadas y constantes de ejercicio aeróbico, 3 o 4 veces por semana durante 30 a 45 minutos, le ayudarán a aumentar su nivel de energía. Hacer ejercicio en exceso es contraproducente para su objetivo de aumentar la energía y reducir la fatiga. Manténgalo en un nivel moderado. Hable sobre un programa de ejercicio moderado con su médico o fisioterapeuta para asegurarse de que está en el camino correcto.
Desayunar todos los días
Tu madre probablemente te repitió esto cuando eras pequeño. Adivina qué: mamá tenía razón. Cuando te despiertas, tu nivel de azúcar en sangre es bajo. Comer un desayuno adecuado puede servir como refuerzo energético. Saltarse el desayuno agota tu energía, lo que contribuye al problema de la fatiga. Es importante comer de manera nutritiva en cada comida, pero concéntrate en el desayuno para comenzar bien el día.
Aprenda a controlar el estrés
Cuando una persona está sometida a un estrés excesivo, la respiración se vuelve más superficial, lo que limita la cantidad de oxígeno disponible para el cuerpo. Empiece a respirar profundamente para protegerse conscientemente de los efectos del estrés. Respire profundamente entre 5 y 10 veces cuando se sienta estresado y fatigado. Los ejercicios de respiración y la meditación son técnicas que puede practicar en cualquier momento; practicarlos le proporcionará las herramientas que necesita para reaccionar ante el estrés y la fatiga.
Beber suficiente agua
La deshidratación puede hacer que una persona se sienta muy cansada o fatigada. Beber abundante agua todos los días debería convertirse en parte de su rutina. Parece algo muy simple, pero la hidratación debe tomarse en serio.
Desarrollar buenos hábitos de sueño
Existen algunos consejos bien conocidos para dormir que debes seguir: acostarte a la misma hora todas las noches, levantarte a la misma hora todos los días, establecer un ritual para que tu cuerpo reconozca que es hora de dormir (por ejemplo, tomar un baño tibio antes de acostarte, leer antes de acostarte). Si aún tienes problemas para conciliar el sueño o mantenerlo, es posible que desees hablar con tu médico sobre los medicamentos para dormir.
Proteja sus articulaciones
La protección de las articulaciones puede reducir la tensión en las articulaciones artríticas y disminuir el dolor. Existen varios principios de protección de las articulaciones que, si se siguen, ayudarán a conservar la energía. Utilice también equipos adaptables para proteger las articulaciones. Una buena mecánica corporal también puede ayudar a disminuir la fatiga.
Ritmo, plan, priorización
Para controlar la fatiga, es importante equilibrar la actividad y el descanso, pero ¿qué pasa en esos momentos en los que debes hacer algo? Diseña un plan para llevar a cabo determinadas tareas. Planifica todo lo que hay que hacer. Prioriza la lista y lo que hay que hacer primero. Marca tu propio ritmo a medida que avanzas en tu lista de prioridades. El truco es estar organizado y ocuparte de las tareas en porciones manejables. No olvides programar tiempo para ti. El tiempo para algo que disfrutes es el único criterio, puede ser cualquier cosa. Tómate solo media hora o una hora al día para ti y cosecha los beneficios.