Se cree que la migraña coexiste con (y quizás está íntimamente relacionada con) una serie de problemas de salud, como la fibromialgia, los trastornos del estado de ánimo, las enfermedades gastrointestinales, el insomnio y las enfermedades cardíacas.
Obtener conocimiento sobre estas afecciones puede brindar pistas sobre su migraña y su salud general, y potencialmente incluso afectar sus planes de tratamiento.
Índice
1. Fibromialgia
La fibromialgia es una afección de dolor crónico que se caracteriza por dolor muscular generalizado, fatiga debilitante, pérdida de memoria, dificultades para dormir y trastornos del estado de ánimo, como ansiedad y depresión. Las migrañas son comunes en quienes padecen fibromialgia.
De hecho, las investigaciones sugieren que hasta el 35 por ciento de los que padecen migraña también padecen fibromialgia.
Teniendo en cuenta que tanto la fibromialgia como la migraña son trastornos dolorosos incapacitantes por sí solos, la idea de que coexistan es preocupante. Cada trastorno podría alimentar al otro, creando un círculo vicioso de dolor que afecta significativamente el funcionamiento diario y la calidad de vida de una persona.
Aunque la coexistencia de estas afecciones aún desconcierta a los expertos, muchos creen que el fenómeno denominado sensibilización central puede ser el denominador común. En la sensibilización central, el sistema nervioso de una persona permanece en un estado de alta reactividad en el que el umbral del cuerpo para el dolor es bajo.
Más precisamente, la sensibilización central explica el síntoma de alodinia , que se observa tanto en la fibromialgia como en los ataques de migraña. Con alodinia, una persona experimenta dolor con estímulos no dolorosos, como un toque ligero o una sábana que presiona contra la piel.
Conclusión
Si sufre migrañas, es razonable que le pida a su médico que le haga una evaluación para detectar síntomas de fibromialgia, especialmente si padece varios síntomas superpuestos, como depresión, ansiedad y dificultades para dormir. Es posible que el tratamiento de la fibromialgia pueda ayudar a prevenir las migrañas.
2. Trastornos del estado de ánimo
Existe un vínculo bidireccional entre las migrañas y los trastornos del estado de ánimo, en concreto la depresión y la ansiedad. Esto significa que las migrañas pueden desencadenar directamente un trastorno depresivo o de ansiedad y viceversa: la depresión o la ansiedad pueden aumentar el riesgo de que una persona desarrolle migrañas o provocar ataques de migraña más graves.
Si bien la fuerte asociación entre las migrañas y los trastornos del estado de ánimo es complicada, los expertos creen que la coexistencia de estos trastornos puede deberse a vías biológicas compartidas, que involucran el desequilibrio de las sustancias químicas cerebrales (llamadas neurotransmisores) serotonina y noradrenalina.
Además de los desequilibrios químicos, los genes o las influencias hormonales (especialmente el estrógeno en las mujeres) pueden desempeñar un papel en el desarrollo de migrañas y trastornos del estado de ánimo.
Conclusión
Es importante que hables con tu médico si además de migrañas tienes síntomas de depresión o ansiedad. Existen numerosas opciones de terapia que pueden tratar tanto las migrañas como los trastornos del estado de ánimo. Algunas de estas terapias incluyen participar en una intervención como la terapia cognitivo-conductual que se centra en la relajación y el entrenamiento para el manejo del dolor o tomar un antidepresivo específico, como Elavil (amitriptilina) o Effexor (venlafaxina).
3. Enfermedad gastrointestinal
Varias enfermedades gastrointestinales se han relacionado con la migraña, siendo el síndrome del intestino irritable (SII) la más notable. El SII es un trastorno digestivo que se caracteriza por molestias abdominales y cambios en los hábitos intestinales, como diarrea y estreñimiento .
Los expertos sospechan que pueden intervenir varios factores que vinculan las migrañas con el síndrome del intestino irritable. Algunos de estos factores incluyen las bacterias intestinales y el eje cerebro-intestino, los niveles de serotonina, el sistema inmunológico, la genética y un fenómeno llamado sensibilización central.
Además del síndrome del intestino irritable, la migraña se ha relacionado con otras enfermedades gastrointestinales.
Entre ellas se incluyen (aunque de forma mucho menos contundente):
Conclusión
La conexión entre el cerebro y el intestino es fascinante y es un área de investigación en constante evolución. Si sufre síntomas gastrointestinales (diarrea, estreñimiento, acidez estomacal, dolor abdominal, por nombrar algunos), lo mejor es que hable con su médico. Los tratamientos específicos, como las dietas de eliminación o la toma de medicamentos (como un antidepresivo) que se dirigen a ambas afecciones pueden beneficiar tanto su salud gastrointestinal como la de la migraña.
También se pueden considerar
terapias complementarias, como la acupuntura , la biorretroalimentación, la terapia cognitivo-conductual y la toma de probióticos .
4. Insomnio
El insomnio se refiere a las dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormido o despertarse demasiado temprano por la mañana y no poder volver a dormirse. Como resultado de estas dificultades para dormir, aparecen diversos síntomas diurnos como falta de atención y concentración, fatiga y malestar, ansiedad e irritabilidad y una menor motivación y energía.
Muchas personas que padecen migraña sufren insomnio y falta de sueño, lo que puede provocar ataques de migraña más frecuentes y graves. Es más, el insomnio puede precipitar la transformación de migraña episódica a migraña crónica (cuando una persona sufre migrañas durante 15 días o más al mes).
La buena noticia es que las estrategias para combatir el insomnio, específicamente la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (CBTI), pueden mejorar el sueño y, en consecuencia, reducir la frecuencia de las migrañas.
Conclusión
Si sufres de problemas para dormir, considera la posibilidad de consultar a un especialista en sueño, especialmente si tu insomnio es crónico (se presenta al menos tres días a la semana durante tres meses). Recuerda también que, además del insomnio, otros trastornos del sueño, como el síndrome de piernas inquietas y el bruxismo del sueño, se han relacionado con las migrañas.
5. Enfermedades cardiovasculares
Según un amplio estudio danés, la migraña está asociada a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, incluidos accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. Estas asociaciones fueron más fuertes en las mujeres que en los hombres y en aquellos con aura migrañosa que en aquellos con migraña sin aura.
Tenga en cuenta que es difícil resolver la intrincada conexión entre la migraña y la enfermedad cardiovascular, especialmente considerando que hay numerosos factores que pueden aumentar las probabilidades de que una persona sufra un derrame cerebral o un ataque cardíaco , como fumar, el uso de anticonceptivos orales, presión arterial y colesterol altos y antecedentes familiares de enfermedad cardíaca.
Conclusión
Si bien es difícil determinar por qué las personas con migrañas pueden tener un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, es una relación potencialmente importante que usted y su proveedor de atención médica deben considerar.
Además de revisar y abordar los posibles factores de riesgo cardiovascular con su proveedor de atención médica (lo cual es mejor hacer independientemente de si sufre migrañas o no), es necesario considerar cómo prevenir y tratar sus migrañas. Esto se debe a que la presencia de una enfermedad cardiovascular limita el uso de ciertos medicamentos para la migraña.
Una palabra de Health Life Guide
Establecer las conexiones entre las migrañas y otros problemas de salud es un proceso complicado. Si bien algunas de ellas pueden estar relacionadas, otras pueden no estarlo, y tratar una dolencia no garantiza que se trate la otra. En cualquier caso, lo mejor es analizar su salud general para determinar si sus problemas de salud individuales pueden estar relacionados.
Además de discutir estas conexiones con su proveedor de atención médica, concéntrese en los factores de su vida que puede controlar, como visitar a su médico regularmente, comer comidas equilibradas y nutritivas, hacer ejercicio regularmente y controlar su estrés, todo lo cual contribuirá a una mejor salud.