La luz azul es la luz visible en el extremo azul del espectro. Aunque no es tan energética como la luz ultravioleta (UV), existe la preocupación de que las dosis altas de luz azul puedan causar más daño celular que las longitudes de onda más largas de la luz visible (que se ven en los colores del rojo al verde). Además, la exposición a la luz azul puede tener un impacto en el ciclo de sueño-vigilia.
La luz del sol y la luz incandescente contienen una amplia gama de longitudes de onda, pero la luz de los dispositivos electrónicos y los diodos emisores de luz (LED) en las fuentes de iluminación tiene un rango de longitudes de onda mucho más estrecho.
Esta mayor exposición a la luz azul de las luces LED, los teléfonos móviles, las tabletas y las computadoras portátiles ha suscitado inquietudes sobre los efectos que puede tener en el ciclo sueño-vigilia y posibles daños a los ojos. Sin embargo, la Academia Estadounidense de Oftalmología no cree que la luz azul de los dispositivos electrónicos sea dañina para los ojos.
Índice
Cómo procesan la luz los ojos
Existen tres tipos de receptores cónicos en la retina del ojo que están relacionados con diferentes secciones del espectro visible. Algunos conos son más sensibles al rojo, otros al verde y otros al azul. Las señales de estos receptores se integran en el cerebro para producir el sentido del color.
La luz azul tiene las longitudes de onda más cortas que puede detectar el ojo humano. El sol produce luz azul junto con los demás colores del espectro, por lo que estamos expuestos a ella de forma natural. Sin embargo, la exposición a cantidades intensas de luz azul puede ser perjudicial para los ojos.
El espectro de luz
Las longitudes de onda de la luz detectadas como colores visibles son:
- Rojo: 625–740 nanómetros
- Naranja: 590–625 nanómetros
- Amarillo: 565–590 nanómetros
- Verde: 520–565 nanómetros
- Cian: 500–520 nanómetros
- Azul: 435–500 nanómetros
- Violeta: 380–435 nanómetros
Los rayos infrarrojos son invisibles y se perciben como calor. Su longitud de onda va de 760 nanómetros a 1 milímetro.
La luz ultravioleta es invisible y tiene una longitud de onda de menos de 400 nanómetros.
La luz azul y la degeneración macular
Uno de los temores es que la sobreexposición a la luz azul pueda provocar daños en la retina, como ocurre en el desarrollo de la degeneración macular relacionada con la edad (DMRE), una enfermedad ocular que puede nublar la visión central. Esta preocupación surge del hecho de que la luz azul y la luz ultravioleta ejercen un estrés oxidativo sobre los pigmentos de la retina, como se ha observado en experimentos con ratones.
Aunque no hay evidencia directa de que la luz ultravioleta o la luz azul causen degeneración macular, hay evidencia epidemiológica de que una mayor exposición a estos tipos de luz aumenta el riesgo de DMAE. Las personas con un mayor riesgo de padecer la enfermedad podrían proteger sus ojos de la exposición a la luz ultravioleta y la luz azul.
Los principales factores de riesgo de la DMAE son los antecedentes familiares de la enfermedad, la edad y el tabaquismo. Hay algunas pruebas de que la obesidad, los factores nutricionales y el trastorno por consumo de alcohol también pueden aumentar los riesgos.
Protegiendo sus ojos
Es probable que su oftalmólogo le recomiende gafas de sol de calidad para proteger sus ojos de los dañinos rayos ultravioleta que emite el sol, ya que la luz ultravioleta puede contribuir al desarrollo de:
- Cáncer de párpado
- Cataratas (opacidad del cristalino del ojo)
- Pinguécula (crecimiento anormal de tejido en la membrana que cubre la parte blanca del ojo)
- Pterigión (un crecimiento no canceroso que comienza en la conjuntiva, el tejido transparente y delgado del ojo)
Para abordar la exposición a la luz azul en interiores, muchas empresas comercializan anteojos que bloquean la luz azul . Sin embargo, una revisión sistemática de estudios de investigación realizada en 2017 no pudo encontrar evidencia de alta calidad que respalde el uso de anteojos que bloqueen la luz azul en la población general para su salud macular, la calidad del sueño o para aliviar la fatiga ocular.
Luz azul y ritmo circadiano
Antes de la era tecnológica, la luz azul provenía principalmente de la luz solar. Los ojos humanos tienen receptores que contienen un fotopigmento llamado melanopsina, que es sensible a la luz azul. Los ojos detectan la exposición a la luz azul y envían señales a la glándula pineal para que suprima la secreción de la hormona melatonina.
La melatonina es una hormona del sueño que ayuda a regular el ritmo circadiano. Si se suprime la melatonina, se permanece despierto, alerta y capaz de realizar las tareas diarias y pensar con claridad. La exposición a la luz azul por la tarde y por la noche puede seguir suprimiendo la melatonina, lo que provoca una alteración del ciclo sueño-vigilia.
Las preocupaciones son especialmente comunes en relación con la exposición a la luz azul de los dispositivos electrónicos antes o antes de acostarse. Algunos consejos para dormir mejor incluyen apagar las pantallas electrónicas antes de acostarse, mantenerlas fuera del dormitorio y asegurarse de que el entorno para dormir se mantenga oscuro. Además, algunos dispositivos tienen un modo nocturno con cantidades reducidas de luz azul.
Una palabra de Health Life Guide
Mantener la salud ocular y dormir bien por la noche son aspectos que deben tenerse en cuenta a lo largo de la vida, pero especialmente a medida que envejecemos. Pregúntele a su optometrista u oftalmólogo si corre riesgo de sufrir enfermedades oculares y hágase controles periódicos. Hable sobre cuestiones relacionadas con el sueño con su médico de cabecera y haga de su dormitorio un lugar tranquilo y sin distracciones.