Índice
Puntos clave
- La capacidad de hacer ejercicio intensamente puede estar relacionada con la prevención del cáncer, pero es algo muy individualizado.
- Cada uno tiene su propia “capacidad energética”.
- Los niveles más elevados de energía aumentan el funcionamiento inmunológico, lo que protege contra el cáncer.
Los investigadores sugieren que cuanto mejor pueda su cuerpo generar y mantener altos niveles de energía durante el ejercicio, menor será su riesgo de desarrollar cáncer.
La teoría, propuesta en un artículo de opinión publicado en Trends in Cancer , es que algunos individuos activos están predispuestos a una mayor “capacidad energética”, lo que significa que tienen una mayor capacidad para producir energía de forma sostenida. Una mayor capacidad de energía significa que se puede dirigir más energía hacia las tareas del sistema inmunológico, lo que resulta en una mayor capacidad para protegerse de enfermedades como el cáncer.
“Lo que estamos diciendo es que algunos de nosotros no necesitamos entrenar tanto como otros para obtener los beneficios (del ejercicio)”, le dice a Health Life Guide Peter Biro , autor principal del artículo y profesor asociado de la Universidad Deakin en Australia. “Nuestra ‘capacidad de entrenamiento’ puede depender de esta noción fija de capacidad innata”.
En otras palabras, algunas personas tienen suerte, pero los autores sugieren que la capacidad energética puede causar y ser causada por altos niveles de actividad. Esto significa que si tienes una capacidad energética naturalmente alta, es más probable que hagas ejercicio con frecuencia. Por el contrario, si tienes una capacidad energética naturalmente baja, puedes “entrenar” tu cuerpo para desarrollar una alta capacidad energética aumentando tu nivel de actividad física.
Capacidad Energética y Prevención del Cáncer
El concepto de capacidad energética aporta una nueva dinámica a nuestra comprensión del ejercicio y la prevención del cáncer. El argumento principal presentado por los autores de este nuevo artículo es que la capacidad energética determina qué tan bien funciona un sistema inmunológico cuando necesita luchar contra los invasores.
Cuando se desarrollan células cancerosas en el cuerpo, el sistema inmunológico se pone en alerta e intenta contener la amenaza. Pero el sistema inmunológico necesita importantes reservas de energía para llevar a cabo esta tarea, de forma similar a como un automóvil necesita la batería llena para un rendimiento óptimo. En las personas que tienen la capacidad de generar altos niveles de energía de forma continua, el sistema inmunológico funciona mejor y puede frenar la progresión del cáncer.
Aun así, el ejercicio regular no puede eliminar por completo el riesgo de cáncer.
“En algunos casos, el cáncer está vinculado a los genes y la herencia”, explica Ann Harper , especialista en ejercicio para el cáncer y entrenadora personal, a Health Life Guide. “Si tu madre tuvo cáncer de mama, es más probable que tú también lo tengas”.
Ejercicio y prevención del cáncer: lo que ya sabemos
Si bien su énfasis en la capacidad individual es único, los investigadores de la Universidad Deakin no son los primeros en destacar un vínculo entre el ejercicio y la prevención del cáncer. Los expertos han sugerido que el peso corporal, los niveles hormonales y la digestión pueden verse influenciados por el ejercicio y desempeñar un papel en el riesgo de cáncer.
Obesidad
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la obesidad puede aumentar las probabilidades de una persona de desarrollar 13 tipos diferentes de cáncer, incluidos el cáncer de mama y de colon. Pero con ejercicio regular, las personas obesas pueden perder peso y reducir su riesgo de padecer estos cánceres.
Hormonas
También se ha demostrado que el ejercicio promueve un equilibrio hormonal adecuado, algo que es de vital importancia para prevenir ciertos tipos de cáncer. Por ejemplo, el cáncer de mama está relacionado con niveles anormalmente altos de estrógeno.
Digestión
Los beneficios del ejercicio para prevenir el cáncer también están asociados con su capacidad para acelerar la digestión. Cuando los alimentos pasan rápidamente por el intestino, el colon está menos expuesto a sustancias cancerígenas.
¿Puede el ejercicio proporcionar protección a largo plazo contra el cáncer?
Realizar entrenamientos duros probablemente sólo ofrezca un efecto protector contra el cáncer mientras puedas mantenerlo.
“El ejercicio vigoroso a los 20 o 30 años puede no producir beneficios en la prevención del cáncer en la tercera edad”, afirma a Health Life Guide el Dr. Kevin B. Knopf, MD, MPH , oncólogo del Highland Hospital en Oakland, California. “Es más útil adoptar un enfoque de por vida hacia el ejercicio para mantener esta respuesta favorable”.
Biro está de acuerdo en que los efectos del entrenamiento a corto plazo se pierden en su mayoría con el tiempo. ¿La buena noticia? Cualquier aumento en la capacidad energética asociado con más ejercicio puede permitirle seguir en movimiento a largo plazo si está dispuesto a mantenerse motivado. Cuanto más joven empiece, mejor.
“Una posibilidad apasionante es que podamos ‘programar’ un metabolismo más alto en nuestra juventud”, afirma Biro.
Por qué esto es importante
El ejercicio es importante para la prevención y el tratamiento del cáncer, pero los investigadores aún no comprenden por completo por qué. Si esta teoría de la capacidad energética se cumple, podremos entender qué tipos de ejercicio y en qué cantidad serán más beneficiosos para prevenir o revertir el cáncer.