El trastorno obsesivo-compulsivo es un trastorno que se caracteriza por pensamientos obsesivos y conductas compulsivas. No es raro ver esta conducta desafiante en ciertos tipos de demencia, como la demencia frontotemporal, la enfermedad de Huntington y la parálisis supranuclear progresiva.
En el caso de conductas obsesivas y/o compulsivas, un ser querido puede tener la necesidad de repetir acciones o comportamientos varias veces. Por ejemplo, su padre puede revisar las cerraduras 12 veces en lugar de una, lavarse las manos repetidamente hasta que estén tan secas que la piel se agriete y sangre, o querer ir al baño constantemente.
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¿Es el TOC un predictor de demencia?
Algunas investigaciones han indicado que el desarrollo posterior de conductas obsesivo-compulsivas (en contraposición a una tendencia que dura toda la vida) podría estar relacionado con las primeras etapas de la demencia y debería ser evaluado por un médico experto. Por ejemplo, una investigación presentada en la reunión anual de 2016 de la Academia Estadounidense de Neurología informó que los síntomas del TOC podrían ser un signo temprano de demencia frontotemporal.
Otro estudio descubrió que quienes tenían antecedentes de acaparamiento y obsesiones de verificación (por ejemplo, una urgencia de verificar repetidamente que el grifo esté completamente cerrado) tenían un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer más adelante en la vida.
Un tercer estudio descubrió que los síntomas obsesivo-compulsivos se desarrollaron antes de la aparición de la enfermedad de Huntington en algunos de sus participantes.
Si bien las obsesiones y compulsiones, que son indicadores de ansiedad, no son poco comunes en la demencia, es necesario realizar más investigaciones antes de vincular de manera concluyente los síntomas del TOC con un mayor riesgo de demencia.
Cómo responder a las obsesiones y compulsiones
Si usted es cuidador de alguien con este tipo de comportamientos en la demencia, no es inusual sentirse estresado, frustrado o inseguro de lo que debe hacer.
La clave para reaccionar en estas situaciones es determinar si las conductas son simplemente una molestia e inofensivas o si representan un peligro para la persona o quienes la rodean. Si son solo peculiaridades inofensivas, es mejor respirar profundamente, aceptar esas características y concentrar la energía en otras cosas.
Intente tener en cuenta que la repetición en la demencia, si bien quizás esté relacionada con algunas obsesiones o compulsiones, a menudo se desencadena simplemente por una mala memoria a corto plazo o una ansiedad generalizada en la demencia.
Mantener rutinas puede ser tranquilizador para las personas que se sienten desorientadas o inseguras. Por ejemplo, algunas personas se vuelven muy rígidas en cuanto al orden en que se hacen las cosas, o exigen algo que para nosotros no tiene sentido, como querer cuatro tenedores en cada comida que comen. Esto puede ser muy frustrante porque para nosotros no tiene sentido, pero para la persona con demencia, esa obsesión o insistencia puede ayudarle a recordar sus tareas o sentirse un poco más en control. Y, en la demencia, el control es algo que a menudo se nos escapa.
Cuándo buscar ayuda
Si las obsesiones y compulsiones interfieren con la seguridad o están causando angustia emocional a la persona, se deben abordar y comunicar al médico . A veces, las palabras tranquilizadoras o las distracciones son útiles para las personas. Otras personas se benefician del tratamiento con ISRS, una clase de antidepresivos con menos efectos secundarios que parecen ser beneficiosos y brindar cierto alivio del TOC.