¿Puede pedirle a su proveedor de atención médica analgésicos más fuertes si los necesita? Por supuesto, ya que es fundamental que participe activamente en el control del dolor.
El dolor crónico, definido de forma más sencilla, es un dolor que continúa cuando no debería. Uno de los componentes clave del manejo del dolor crónico es encontrar el analgésico adecuado .
Índice
Preguntas que debe hacerse sobre su dolor
Según la Asociación Estadounidense del Dolor Crónico (ACPA), la mejor estrategia para controlar el dolor es que la persona hable cuidadosamente con su proveedor de atención médica sobre los posibles riesgos y beneficios de un nuevo medicamento (u otro tratamiento). En otras palabras, sea proactivo en lo que respecta a su salud y sea abierto y sincero con su proveedor de atención médica sobre su dolor.
Si cree que puede necesitar un analgésico adicional, más fuerte o diferente, plantéese estas cuatro preguntas. Si responde “sí” a alguna de ellas, es probable que así sea.
- ¿Siente usted frecuentemente dolores irruptivos?
- ¿Su medicación actual se está volviendo menos efectiva para controlar su dolor?
- ¿Se te hace más difícil la rutina diaria?
- ¿Está disminuyendo su calidad de vida?
Conozca sus opciones
Antes de pedir un medicamento más fuerte, es buena idea informarse sobre las opciones que tiene. En general, se utilizan cuatro clases de medicamentos para tratar el dolor crónico:
- Medicamentos no opioides: incluyen aspirina, AINE y paracetamol.
- Opiáceos: también conocidos como narcóticos, incluyen la morfina, la codeína, la hidrocodona, la oxicodona y la metadona. El medicamento Tramadol actúa sobre los receptores opioides, aunque no es un opioide.
- Analgésicos adyuvantes. Estos medicamentos se utilizaban originalmente para tratar otras afecciones, pero ahora también se utilizan a veces para aliviar el dolor. Algunos ejemplos son ciertos antidepresivos y anticonvulsivos.
- Otros: Otros medicamentos que no alivian directamente el dolor, como los medicamentos para aliviar el insomnio, la ansiedad, la depresión y los espasmos musculares, pueden ser parte de su régimen de manejo del dolor.
Las opciones adicionales para aliviar el dolor que no vienen en forma de “pastillas” pueden incluir inyecciones, parches o incluso cirugía.
También existen opciones sin medicación que, en combinación con un analgésico (o potencialmente solas), pueden ayudar a una persona a controlar mejor su dolor y funcionar plenamente en la vida. Estas suelen incluir la práctica de estrategias de relajación, meditación consciente, estiramientos, terapia cognitiva conductual y programas de ejercicio como yoga o tai chi.
¿Parecerás un adicto?
Si bien es cierto que los analgésicos opioides son uno de los medicamentos recetados de los que más se abusa, pedirlos no necesariamente implica que usted sea un adicto.
Algunas personas con dolor crónico simplemente no pueden controlarlo con otros tipos de medicamentos. Las actitudes hacia el papel de los opioides en el tratamiento del dolor también están cambiando.
La mayoría de los proveedores de atención médica considerarán los beneficios de un analgésico más fuerte frente a los posibles riesgos. Los analgésicos más fuertes, como los opioides, conllevan un mayor riesgo de tolerancia y abuso, pero si es posible que mejoren su calidad de vida, puede que valga la pena probarlos.
Los estudios muestran que, con un seguimiento cuidadoso, la adicción y el abuso no suelen ser problemas para las personas con afecciones legítimas de dolor crónico.
Una palabra de Health Life Guide
Recuerde que, para obtener los mejores resultados, su proveedor de atención médica debe realizar un seguimiento periódico de su tratamiento. En otras palabras, la supervisión médica es fundamental cuando se trata de controlar el dolor crónico . Reducir o aumentar gradualmente la dosis de un medicamento puede resultar incómodo e incluso peligroso, por lo que es sumamente importante que esto se haga bajo la supervisión de su proveedor de atención médica.