Te lavas la cara religiosamente con un limpiador suave y mantienes al mínimo la cantidad de productos que usas en tu piel. De hecho, podrías ser el ejemplo perfecto de cuidado de la piel contra el acné. Y, sin embargo, parece que no logras mantener a raya las imperfecciones . ¿Qué podrías estar haciendo mal?
Lo más probable es que no estés haciendo nada malo. Puede ser que tus brotes no sean el resultado de tu estilo de vida, sino más bien un producto de tu composición genética.
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¿Existe un “gen” del acné?
En una palabra, no. Pero definitivamente existe una tendencia a que el acné se transmita en las familias. Si uno (o ambos) de tus padres son propensos al acné, esa puede ser una razón por la que tú también lo eres. Algunos estudios han demostrado que la probabilidad de que una persona desarrolle acné si su madre tuvo acné en algún momento de su vida es especialmente alta. Esto sugiere que la propensión a desarrollar acné puede transmitirse a través del cromosoma X.
Aun así, hay muchos otros factores que contribuyen al acné además de los antecedentes familiares, como las fluctuaciones hormonales (durante la pubertad e incluso más tarde en la vida, durante la menopausia), los cosméticos e incluso el estrés. Y eso es una buena noticia porque significa que, aunque no hayas podido elegir el ADN que heredaste de tus padres, sí puedes elegir cómo cuidar la piel que te tocó para mantenerla lo más libre de imperfecciones posible.
Eliminando los granos
Si el acné es hereditario en tu familia, esto no significa que vayas a tener imperfecciones y brotes de acné toda la vida. Pero si es así, es posible que te resulte más difícil tratarlos que a otras personas. Sé realista y haz todo lo posible por evitar los brotes y eliminar las imperfecciones:
- Revisa tu rutina. Asegúrate de que realmente te lavas la cara con un limpiador adecuado para ti. La mejor guía en este sentido es un dermatólogo, que no solo puede recomendarte productos, sino también técnicas para limpiar tu piel sin frotarla en exceso ni dañarla.
- Lea las etiquetas. Existe una gran variedad de tratamientos de venta libre para el acné . Los que probablemente funcionen mejor incluirán al menos uno de estos ingredientes: ácido salicílico, peróxido de benzoilo, azufre y ácido glicólico.
- Busca la palabra “no comedogénico” en el maquillaje y otros productos que te aplicas en la piel. Esto significa que están formulados para no obstruir los poros ni provocar granitos.
- No lo demores. Si el acné, especialmente el acné severo, es común en tu familia y comienzan a aparecer imperfecciones, trátalas de inmediato. Es más fácil controlar los brotes cuando son relativamente leves, en lugar de esperar hasta que los granos se inflamen de manera persistente.
- Consulta a un médico. Los productos de venta libre pueden ser muy eficaces para las imperfecciones leves , pero si el acné se agrava, es posible que necesites un medicamento con receta . Vuelve a visitar a tu dermatólogo. Él podrá elaborar un plan de tratamiento que funcione para mejorar tu piel.