Descripción general de la fractura por estrés

Una fractura por estrés es generalmente el resultado de un uso excesivo o un traumatismo repetido en un hueso. También conocidas como “fracturas por fatiga”, una fractura por estrés ocurre cuando los músculos se fatigan o sobrecargan y ya no pueden absorber la tensión y el impacto de un impacto repetido. Cuando se fatigan, los músculos transfieren esa tensión al hueso cercano y el resultado es una pequeña grieta o fractura en el hueso. Las fracturas por estrés más comunes son las del pie y la parte inferior de la pierna.

Un hombre se sostiene el tobillo con dolor

Jan-Otto / Getty Images

Las fracturas por estrés en los huesos del pie suelen ser causadas por un exceso de entrenamiento o uso. También pueden ser causadas por golpes o impactos repetidos sobre una superficie dura, como correr o saltar sobre hormigón. Aumentar demasiado rápido el tiempo, el tipo o la intensidad del ejercicio es otra causa común de fracturas por estrés en los pies y la parte inferior de las piernas. Correr con calzado viejo y desgastado también puede provocar fracturas por estrés.

Las mujeres parecen tener un mayor riesgo de sufrir fracturas por estrés en el pie que los hombres. Esto puede estar relacionado con una afección llamada “tríada de la atleta femenina”, que es una combinación de mala nutrición, trastornos alimentarios y amenorrea (ciclo menstrual poco frecuente), que predispone a las mujeres a una osteoporosis temprana (adelgazamiento de los huesos). El resultado de este tipo de disminución de la densidad ósea es un aumento del riesgo de sufrir fracturas por estrés.

Los deportes de alto impacto, como correr, hacer gimnasia y jugar al voleibol, pueden aumentar el riesgo de sufrir fracturas por estrés. En todos estos deportes, la tensión repetida del impacto del pie sobre una superficie dura provoca traumatismos y fatiga muscular. Sin el calzado adecuado, una buena fuerza muscular o un descanso adecuado entre los entrenamientos, un deportista puede sufrir una fractura por estrés.

Factores de riesgo

Los investigadores han identificado varios factores que pueden predisponer a los deportistas a sufrir fracturas por estrés múltiples en las extremidades inferiores. Entre estos factores se incluyen los siguientes:

  • Un arco longitudinal alto del pie.
  • Desigualdad en la longitud de las piernas.
  • Varo excesivo del antepié (rotación hacia adentro).
  • Amenorrea o irregularidades menstruales en deportistas femeninas.
  • Alto kilometraje semanal de entrenamiento en corredores.

Diagnóstico

Las fracturas por estrés pueden ser difíciles de diagnosticar porque los síntomas suelen ser vagos y tardan en aparecer. Un dolor o sensibilidad generalizados sobre el hueso en la zona de la fractura por estrés pueden diagnosticarse inicialmente como una lesión o distensión muscular. Las fracturas por estrés de la tibia (parte inferior de la pierna) suelen diagnosticarse erróneamente como periostitis tibial en las primeras etapas.

Para diagnosticar una fractura por estrés, el médico realizará una historia clínica y un examen físico completos. Es importante que los deportistas expliquen su historial de entrenamiento, incluido el tipo de ejercicio, así como la cantidad y la frecuencia con que entrenan.

Las radiografías pueden no revelar una fractura por estrés, pero son útiles para mostrar signos de remodelación ósea cerca de la fractura por estrés. Una resonancia magnética o una gammagrafía ósea son más adecuadas para mostrar una fractura por estrés, pero generalmente solo se solicitan si el tratamiento no logra reducir los síntomas de una fractura por estrés.

Tratamiento de fracturas por estrés

El mejor tratamiento para una fractura por estrés es el descanso. Hacer una pausa en una rutina de ejercicios de alto impacto, como correr, y realizar algún ejercicio de bajo impacto, como andar en bicicleta o nadar, durante varias semanas puede ayudar a que el hueso fracturado se cure. Si un atleta sigue adelante pese al dolor y entrena con una fractura por estrés, la fractura puede agrandarse o convertirse en una lesión crónica que tal vez nunca se cure adecuadamente.

Después del descanso, las recomendaciones típicas para el tratamiento de una fractura por estrés incluyen:

  • Aplicar hielo sobre la lesión .
  • Reemplace los zapatos desgastados.
  • Regrese a la práctica deportiva de forma gradual.
  • Realizar ejercicios de rehabilitación.

Prevención de fracturas por estrés

Los siguientes consejos pueden protegerlo de desarrollar fracturas por estrés en primer lugar:

  • Sigue la regla del 10 por ciento. Progresa lentamente en cualquier deporte y aumenta gradualmente el tiempo, la intensidad, el kilometraje o el esfuerzo.
  • Come bien e incluye alimentos ricos en calcio en tu dieta, especialmente si eres una deportista femenina.
  • Utilice calzado adecuado y reemplácelo cuando sea necesario.
  • Si comienza dolor o hinchazón, suspenda inmediatamente la actividad y descanse durante unos días.
  • Si el dolor persiste, consulte a su médico.

Cualquier dolor en el pie que continúe durante más de una semana debe ser atendido por un médico para una evaluación y diagnóstico exhaustivos.

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  • Fractura por estrés: información para el paciente. Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos.

  • Raija Korpelainen, MSc, et al. Factores de riesgo de fracturas por estrés recurrentes en deportistas. The American Journal of Sports Medicine. Mayo de 2001 29:304-310.

Por Elizabeth Quinn


Elizabeth Quinn es fisióloga del ejercicio, escritora de medicina deportiva y consultora de fitness para clínicas corporativas de bienestar y rehabilitación.

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