Desde hace mucho tiempo existen enfermedades que provocan síntomas incluso cuando los médicos no tienen ni idea de qué las está provocando. Los científicos las denominan idiopáticas, lo que significa que no tienen una causa aparente o conocida. La fibromialgia es uno de esos trastornos, junto con el síndrome de fatiga crónica y ciertos tipos de epilepsia, que se considera idiopático.
Para algunas personas, esto puede ser malinterpretado como que “no es real” o, peor aún, que “es todo una fantasía”, pero claramente no es así.
La fibromialgia es una condición médica muy real que afecta a alrededor de cuatro millones de estadounidenses, según las estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. A pesar de que aún no se ha identificado su causa, la fibromialgia tiene características y síntomas que son consistentes entre quienes padecen el trastorno.
El dolor crónico generalizado es el síntoma principal de la fibromialgia. La mayoría de las personas también experimentarán fatiga moderada a intensa, trastornos del sueño, deterioro cognitivo y sensibilidad al tacto, la luz y el sonido.
Por razones desconocidas, la fibromialgia afecta a las mujeres mucho más que a los hombres y se observa a menudo en familias, particularmente en parientes de primer grado como padres, hermanos e hijos.
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Por qué la fibromialgia sigue siendo un misterio
Una de las razones por las que la gente suele cuestionar la existencia de la fibromialgia es que no tiene una causa única e identificable, como una infección, un tumor o un defecto congénito. Y, aunque se cree que la genética influye, los científicos aún no han descubierto ninguna anomalía genética que pueda explicar el espectro de síntomas que se experimentan con la fibromialgia.
Por tanto, la fibromialgia no se puede definir por su causa, sino por síntomas para los que no existen otras explicaciones. Como no hay ningún análisis de sangre ni ninguna prueba de diagnóstico por imagen que pueda confirmar la enfermedad, los médicos tienen que descartar todas las demás posibles afecciones antes de poder hacer un diagnóstico. Incluso en ese caso, la persona debe cumplir ciertos criterios de diagnóstico antes de que el diagnóstico pueda considerarse definitivo.
El mecanismo de los síntomas tampoco está claro
Otra razón para la confusión pública sobre la fibromialgia es que se trata de un trastorno extremadamente impredecible. Las personas que viven con fibromialgia suelen experimentar largos períodos de remisión para luego, de repente y a veces inexplicablemente, sufrir un brote grave de los síntomas.
En algunos casos, un trastorno emocional puede desencadenar un brote, lo que lleva a algunos testigos a suponer que el dolor es psicológico y no físico. En otras ocasiones, una lesión física o incluso el síndrome premenstrual pueden desencadenar los síntomas, creando la apariencia de que la respuesta emocional de la persona es la verdadera culpable y no un dolor “fantasma”.
Es una impresión que sólo se refuerza cuando una persona experimenta niebla mental, un síntoma de fibromialgia que se caracteriza por el entorpecimiento de la respuesta emocional o cognitiva.
Debido a estas razones, las personas con fibromialgia a menudo ocultan sus síntomas por miedo a ser etiquetadas como neuróticas, histéricas o hipocondríacas .
Vivir con alguien que padece fibromialgia
Uno de los desafíos de vivir con fibromialgia es que incluso a los seres queridos les cuesta entender en qué consiste la enfermedad. Es una afección que se caracteriza por la incertidumbre y cuyo tratamiento puede o no ser siempre eficaz.
Si vive con alguien que padece fibromialgia, la aceptación de la enfermedad (es decir, su carácter impredecible) es el primer paso para afrontarla. De este modo, podrá eliminar las dudas de la conversación y ofrecer apoyo cuando los síntomas se agraven. Y lo que es más importante, eliminará el estrés que puede empeorar la enfermedad.
Hasta que tengamos una mejor idea de qué causa la fibromialgia, el apoyo de familiares y amigos puede terminar siendo uno de los mejores aspectos del tratamiento para quienes sufren esta condición aún misteriosa.