Índice
Puntos clave
- Las personas que se someten a quimioterapia para el cáncer de mama sufren efectos secundarios debido a que sus células sanas mueren junto con las células cancerosas.
- Las futuras terapias contra el cáncer podrían tener como objetivo hacer que los tratamientos contra el cáncer sean más efectivos y menos dañinos.
- Casi 30.000 de las 325.000 personas a las que se les diagnostica cáncer de mama cada año son portadoras de una variante genética específica que permitiría matar sus células cancerosas sin dañar sus células normales.
- Los investigadores continúan identificando objetivos adicionales, lo que ampliaría el número de personas que podrían beneficiarse de terapias dirigidas contra el cáncer.
Una nueva investigación muestra potencial para desarrollar nuevas terapias dirigidas para el cáncer de mama que no solo detendrán el crecimiento celular en las células cancerosas, sino que también las matarán sin dañar las células sanas. Aunque las terapias dirigidas no son nuevas, esta investigación identifica un nuevo objetivo, así como una forma de determinar las personas que se beneficiarían de futuras terapias dirigidas a ese objetivo.
Al igual que todos los cánceres, el cáncer de mama comienza cuando las células sanas y normales sufren un cambio y comienzan a dividirse tan rápidamente que el crecimiento de las células es descontrolado. El resultado es una masa de células, que se siente como un bulto. Después de que se hace un diagnóstico de cáncer de mama, el tratamiento a menudo puede incluir quimioterapia. Pero la quimioterapia puede ser dura, matando no solo las células cancerosas malas sino también las células sanas buenas y haciendo que las personas que se someten a quimioterapia se sientan muy enfermas. En el futuro, podría haber tratamientos que se dirijan solo a las células cancerosas y preserven las células sanas, haciendo que el tratamiento del cáncer sea más eficaz y menos dañino.
Los resultados de una investigación conjunta realizada por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Maryland) y la Universidad de Oxford (Reino Unido) muestran que es posible atacar a las células cancerosas y luego eliminarlas alterando una enzima importante para la división celular. Su estudio fue publicado en Nature el 9 de septiembre.
“Apuntar a la división celular es un enfoque lógico para matar las células cancerosas, ya que el cáncer es un crecimiento celular anormal, pero los tratamientos actuales también matan células sanas”, le dice a Health Life Guide el autor del estudio, el Dr. Andrew Holland, profesor asociado de biología y genética en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. “Por ejemplo, el tratamiento contra el cáncer Taxol (paclitaxel) elimina la médula ósea y las células madre, lo que hace que los pacientes se sientan débiles y provoca la caída del cabello”.
El papel de la división celular en el cáncer
A medida que las células envejecen, se reemplazan a sí mismas durante un proceso conocido como división celular o mitosis. Una estructura dentro de las células, llamada centrosoma , desempeña un papel crucial en la división celular. Para que las células se dividan, el centrosoma debe duplicarse. Una vez que lo hace, los dos centrosomas se mueven a los extremos opuestos de la célula. Las proteínas se reúnen en cada centrosoma, lo que ayuda a separar la célula en dos células hijas. Cuando se produce una mutación, el proceso se descontrola. La división celular ocurre con demasiada frecuencia, produce demasiadas células y da como resultado un tumor.
Estrategia para matar el cáncer
El tratamiento del cáncer puede incluir cirugía, radiación y quimioterapia tradicional, que destruye tanto las células cancerosas como las sanas. Más recientemente, se han puesto a disposición terapias dirigidas. Son tratamientos más selectivos, ya que se dirigen a partes específicas de las células cancerosas y detienen su crecimiento, pero aunque no destruyen las células sanas, es posible que tampoco maten las células cancerosas.
“La división celular ya ha sido un objetivo en el pasado y muchos medicamentos pueden detenerla, pero eso conlleva toxicidad”, explica a Health Life Guide el Dr. William Cance, director médico y científico de la Sociedad Americana del Cáncer en Atlanta, Georgia.
Por ejemplo, una terapia puede tener como objetivo una proteína en una célula cancerosa, pero esa misma proteína también puede existir en células normales y sanas. Por lo tanto, una terapia dirigida a una proteína durante la división celular (llamadas terapias dirigidas antimitóticas) puede impedir que una célula cancerosa se duplique, pero también puede ser tóxica para las células sanas y causar efectos secundarios.
“Es necesario descubrir mutaciones precisas y atacarlas específicamente”, afirma Cance.
Para identificar estrategias que destruyeran las células cancerosas pero no las normales, los investigadores necesitaban encontrar una vulnerabilidad en las células cancerosas y explotarla. Y lo hicieron.
En el 9% de las células de las personas con cáncer de mama se encuentra una variante genética llamada 17q23 que hace que una proteína llamada TRIM37 sea más activa al amplificar su efecto. Cuando TRIM37 es más activa, los centrosomas no se comportan correctamente y se producen errores durante la división celular, lo que conduce a una división celular hiperactiva que da lugar a tumores.
Una enzima llamada PLK4 desencadena el proceso de división celular errática en las células que sobreexpresan TRIM37. El estudio demostró que la aplicación de una sustancia química para bloquear la enzima PLK4 alteraba los centrosomas, lo que básicamente mataba las células cancerosas al evitar que se duplicaran.
“Si eliminamos esos centrosomas, las células cancerosas no pueden sobrevivir”, afirma Holland. “Los cambios celulares pueden impulsar la evolución, pero los errores hacen que las células sean vulnerables”.
Identificación de objetivos para la terapia
Para matar las células cancerosas con un enfoque específico, es necesario identificar los objetivos. “Eso tiene el potencial de abrir nuevas clases y nuevos tipos de medicamentos contra el cáncer en el futuro”, afirma Cance.
“Una gran parte de las pacientes con cáncer de mama que sobreexpresan el gen TRIM37 serán portadoras de la amplificación del gen 17q23”, afirma Holland. “Sin duda, podremos utilizar los resultados de este estudio para desarrollar pruebas que permitan encontrar a las personas que probablemente respondan a una terapia en particular”.
El uso de estos objetivos será similar a lo que se hace actualmente para analizar tumores y determinar subtipos de cáncer de mama, como HR-/HER2+, o para realizar pruebas genéticas en familiares para ver si son portadores del gen BRCA1 o BRCA2 u otra mutación hereditaria.
“El subtipo de cáncer de mama HER2+ está asociado con el 40% al 50% de los cánceres que portan el amplicón 17q23, y también con un buen número de cánceres de mama BRCA1 y triple negativos”, dice Holland. “El amplicón 17q23 se encuentra en el 9% de todos los cánceres de mama, aproximadamente la misma cantidad que todos los pacientes con BRCA juntos”.
Esto significa que de las 325.000 personas diagnosticadas con cáncer de mama cada año, aproximadamente podrían beneficiarse de una futura terapia dirigida basada en la interacción de 17q23, TRIM37 y PLK4.
“El interés aquí es conseguir un tratamiento con un mayor efecto terapéutico porque la toxicidad se limitaría a las células cancerosas”, afirma Holland.
Próximos pasos
Este nuevo estudio contribuye al conjunto de conocimientos que ayudarán a desarrollar pruebas específicas, así como terapias futuras, pero es pronto. Antes de que un nuevo tratamiento esté disponible para el público, se necesitarán realizar más estudios exploratorios. Si los estudios de laboratorio adicionales parecen positivos, se tendrían que realizar ensayos clínicos para determinar la mejor dosis y evaluar la eficacia y la seguridad. Luego, el tratamiento se sometería a la revisión regulatoria y la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Todo eso requiere años de trabajo y perseverancia.
“Las células cancerosas desarrollan resistencia a las terapias, como los inhibidores de la quinasa (enzima) como la PLK4. Es uno de los mayores problemas del cáncer”, afirma Cance. “Esta investigación parece ser un mecanismo que preserva las células normales. El reto será desarrollar tratamientos que impidan que las células cancerosas reprogramen sus quinasas y sigan creciendo”.
Cance afirma que este estudio abre la puerta a diferentes tipos de terapias dirigidas contra el cáncer y a nuevas clases de medicamentos contra el cáncer que no se limitarán al cáncer de mama. La existencia de terapias más selectivas permitirá que el tratamiento de todos los tipos de cáncer sea más seguro y eficaz.
Qué significa esto para usted
Si usted o un ser querido tiene cáncer de mama, este estudio ofrece esperanzas de tratamientos personalizados en el futuro. Sepa que los investigadores de todo el mundo están trabajando arduamente para encontrar formas de abordar y tratar mejor su afección.
Si corre riesgo de padecer cáncer de mama, hable con su médico sobre cómo reducirlo. Aunque no puede cambiar sus genes ni su edad, puede estar atenta a los factores de riesgo que puede controlar, como:
- Limitar el consumo de alcohol
- Reducir el exceso de peso corporal
- Dejar de consumir tabaco
- Hacer suficiente ejercicio
- Realización de autoexámenes mamarios mensuales